Si bien este indicador está en un nivel más bajo que hace un año, la indexación y algunos choques económicos, han frenado su caída.
Luego de varios meses en los que sus avances daban un parte de tranquilidad a los analistas y eran usados como caballito de batalla por el Gobierno para pedir bajas en las tasas de interés, el ritmo de la inflación en Colombia ha entrado en un escenario que divide opiniones, ya que algunos sectores se enfocan en que es menor que en 2024, pero otros sostienen que hay un evidente estancamiento.
Y es que haciendo zoom al 5,1% que se observó en agosto, también se debe decir que la inflación de alimentos volvió a encender las alarmas en agosto, ya que, según el Dane, el indicador anual se ubicó en 6,1%, el nivel más alto desde noviembre de 2023, tras varios meses de relativa moderación y confirma que la canasta básica aún enfrenta fuertes presiones, especialmente en productos de alto consumo.
Para expertos como José Ignacio López, presidente de Anif, este repunte golpea a todos los hogares, pero en mayor medida a los más vulnerables, lo que podría frenar los avances en la reducción de la pobreza y debido a ello sugiere prestar mayor atención a sus cambios y monitorear de cerca las diversas amenazas.
Desde Anif no solo indicaron que nuevamente el país volvió a niveles del IPC de alimentos iguales a los de hace 2 años, sino que agosto queda por ahora con el dato más alto de todo el año, superando de lejos el 4,9% que se vio en julio, que se ubica en segundo lugar dentro de los registros de la vigencia en marcha.
Perecederos en el centro de la presión
Por otra parte, un análisis de BBVA Research muestra que el incremento en los precios se concentró en los alimentos perecederos, cuya inflación anual aumentó en 324 puntos básicos frente a julio.
“Productos como la zanahoria, la yuca y la cebolla explicaron buena parte del repunte, con alzas que superaron los promedios históricos para esta época del año. El dato mensual de alimentos, de 0,45% en agosto, duplicó lo que normalmente se observa en ese mes. Esta tendencia sugiere que los choques de oferta agrícola y climática siguen afectando los precios, sumando volatilidad a la canasta alimentaria”, explicaron.
De igual forma hay que decir que la presión no vino solo de los perecederos y analistas de Bancolombia resaltaron que los alimentos procesados registraron en agosto una inflación anual de 5,8%, impulsados por aumentos en carne de res, café, pan y aceites comestibles.
“Además, los servicios de comidas en restaurantes y hoteles mostraron un alza significativa, con una variación anual de 7,8%, lo que refleja que los hogares no solo enfrentan encarecimiento en el mercado, sino también en el consumo fuera del hogar. Este componente se ha convertido en uno de los más persistentes en los últimos meses, reforzando el efecto de indexación”, manifestaron.

Aunque alimentos y servicios aportaron al alza, los regulados y los arriendos mostraron señales de moderación. Es por eso que el BBVA Research destacó que los regulados bajaron a 5,0% anual, gracias a la reducción en tarifas de gas y peajes, mientras que la inflación de arriendos se desaceleró en cerca de 26 puntos básicos frente a julio.
Tomado de: Portafolio