El proyecto de resolución de los ministerios de Minas y Hacienda, basado en un estudio del BID y Fedesarrollo, busca alinear el precio del etanol al mercado internacional. El cambio contradice la política de reindustrialización y transición energética del propio Gobierno Petro, al afectar directamente a la agroindustria cañera y la producción nacional de biocombustibles.
El Gobierno colombiano propuso un cambio estructural en la metodología de cálculo del precio del etanol carburante, alineando su valor con el mercado internacional en lugar del azúcar refinada, como se hacía desde 2012. La medida, fundamentada en un estudio técnico de Fedesarrollo y el BID, busca mejorar la transparencia y la eficiencia económica, aunque el sector productivo advierte un impacto negativo que podría traducirse en una reducción promedio del 14% en los ingresos de los ingenios

La nueva metodología representa un punto de inflexión en la política de biocombustibles colombiana. Por un lado, moderniza la regulación y acerca al país a las prácticas internacionales; pero por otro, reduce la protección que durante años permitió sostener una industria nacional integrada con la caña de azúcar.
El desafío será lograr una transición que mantenga la sostenibilidad ambiental y social sin sacrificar la competitividad. Como advirtió Fedesarrollo, “el futuro del etanol colombiano dependerá menos del precio del azúcar y más de su capacidad de competir en un mercado global descarbonizado”.
Tomado por: Más Colombia